Hoy me levanto y como siempre las redes sociales vomitan cientos de noticias sobre la mini pantalla que tengo entre mis manos, que me ofrece la actualidad del mundo en tiempo real.
Con la seguridad con la que se pavonea el capitalismo, que cree que todas las personas obreras estamos alienadas y no somos capaces de salir de nuestra zona de confort, ni de ponernos en el lugar del otro, la pequeña pantalla lanza titulares sin ser consciente de que, un día más, me amarga el desayuno.
Reparo en dos que me aterrizan en un terreno conocido, mi municipio, Leganés, aparece en la prensa. Durante la tercera semana de septiembre han tenido lugar dos agresiones sexuales en Leganés (una en Zarzaquemada y otra en El Carrascal), medito un segundo…de verdad ¿es esta mi zona de confort, mi casa, mi barrio? o ese es un lujo solo reservado para el genero masculino.
Leía en Calibán y la Bruja (Silvia Federici) que en la Edad Media, la imagen de la feminidad fue construida sobre la base de una canonización de la mujer estereotipada, <<débil de cuerpo y mente y biológicamente propensa al Demonio>>, servía dicha imagen para justificar así <<el control masculino sobre las mujeres y el nuevo orden patriarcal>>. También reparabaen las palabras de S. Brownmiller << la violación ha desempeñado una función consciente de intimidación, mediante la cual todos los hombres mantienen a todas las mujeres en situación de miedo >>.
Y ahora yo, mujer en plena era de avances tecnológicos, médicos y científicos reparo en que estas concepciones sobre las mujeres siguen teniendo lugar en las sociedades que nos atrevemos a llamar desarrolladas. Las mujeres siguen sufriendo agresiones, violaciones y asesinatos de manera continuada y se producen no lo olvidemos de manera colectiva. No son casos aislados, la violencia contra las mujeres está enraizada de manera estructural en nuestras sociedades. Son muchas las estrategias que se utilizan para que como mujer violentada agaches la cabeza o mires hacia otro lado cuando se produce una agresión, ya que al sistema le interesa mantener esa imagen de “mujer exagerada” que no soporta ni un pequeño piropo. Pero, afortunadamente cada vez somos más las que gritamos ante las violencias que se producen hacia las otras mujeres, hacia otros colectivos que también sufren estas violencia e incluso, las que ponemos límites cuando somos nosotros mismas las que las sufrimos.
Es bien conocido que los poderes reales que determinan los márgenes en los que actuamos las personas oscilan en el plano global, pero es a nivel local donde tienen lugar cabida nuestras instituciones de acción política. Es en el terreno local donde debemos terminar con esta fragmentación social basada en la desigualdad y en la atomización de redes sociales. Como escribía Z. Bauman <<las ciudades son espacios donde los extraños viven y conviven en estrecha proximidad>>. Por ello, instamos a que a nivel político local se facilite la existencia de diferentes asociaciones, que trabajan en pro de los derechos de las mujeres, se invierta en educación en la igualdad (ofreciendo talleres que verdaderamente calen en los y las jóvenes de nuestro municipio), reforzando los sistemas de seguridad (más operativos), punto de asistencia a las víctimas (donde puedan tener acceso a apoyo psicológico, asesoría jurídica y recursos residenciales), ofreciendo formación a todas las personas profesionales de los servicios públicos que acogen los gritos de socorro, denuncia y auxilio de las mujeres que se presentan en las instituciones haciendo gala de su coraje y fuerza, para gritar por ellas y sus compañeras que ¡YA BASTA!.
En estos casos acontecidos en los barrios de Zarzaquemada y El Carrascal, sendas mujeres optaron por diferentes estrategias que se activaron ante las señales de peligro que se les presentaron, una de ellas tuvo la iniciativa de poner en sobre aviso a un familiar, la otra vecina agredida sacó fuerzas suficientes para gritar ¡socorro!, no es justo que como mujeres tengamos que vivir con este tipo de “antenas anti-agresiones”, queremos salir sin la incertidumbre ni el miedo a ser agredidas un día cualquiera en un barrio cualquiera.
Desde el ámbito local una vez más, queremos desde Unidas Podemos-IU, ofrecer herramientas a las mujeres que así lo deseen y consideren que estas pueden serles útiles en alguna ocasión. Es con esta finalidad con la que ofreceremos un curso de autodefensa básico en nuestra caseta durante las fiestas de San Nicasio. Porque aunque el sistema nos siga considerando débiles, como en la Edad Media, nosotras lucharemos por defendernos y demostrar que tenemos fuerza, no solo para salvaguardar nuestras vidas, sino también para cambiar las sociedades en las que vivimos hasta que todas las personas podamos movernos con libertad y sin miedo.