Estamos acostumbradas y acostumbrados a ver el mundo bajo el paraguas de lo masculino, nos han contado la historia, las religiones, los estudios de las diferentes culturas, las ciencias y la economía los hombres. Y cuando han hablado las mujeres se les ha hecho poca o nula difusión. Pero, la realidad es que más de la mitad de la población mundial somos mujeres y todo ese conocimiento adquirido ha quedado anulado, ninguneado y por supuesto, apartado de las comunidades con la intención de seguir ejerciendo un poder masculino sobre todas las sociedades.
Algunas nociones de conceptos básicos, pueden ayudarnos a entender esta idea:
- Androcentrismo: se trata de considerar al hombre como medida de toda las cosas. Es decir, utilizar a los hombres para estudios médicos, sociales, científicos, etc… y aplicarlos para todas
las personas. En “Feminismo para principiantes” Nuria Varela, nos llama la atención y nos avisa sobre que esta visión androcéntrica no solo se ha dado en las ciencias sociales, haciéndolas
“menos fiables” ya que sus resultados representaban a la mitad de la sociedad, sino que se pueden observar claros ejemplos a día de hoy en los medios de comunicación que presentan
una visión androcéntrica seleccionando qué hechos y personajes son noticia, cómo se enfocan las noticias y a quien se le ceden más espacios. - Patriarcado: una de las definiciones más completas es la que hace Dolors Reguant “es una forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres; del marido sobre la esposa; del padre sobre la madre, los hijos y las hijas; de los viejos sobre los jóvenes y de la línea de descendencia paterna sobre la materna. El patriarcado ha surgido de una toma de poder histórico por parte de los hombres, quienes se apropiaron de la sexualidad y reproducción de las mujeres y de su producto los hijos, creando al mismo tiempo un orden simbólico a través de los mitos y la religión que lo perpetúan como única estructura posible”.
Lo importante es entender que tras este sistema de organización político social, las desigualdades que sufren las mujeres no son individuales, sino estructurales, dicho en palabras de los grupos
feministas del las últimas décadas del siglo XX “ lo personal es político”.
Y es que esta ideología patriarcal tiene efectos sobre la socialización de hombres y mujeres a diferentes niveles. Por ejemplo, asociando identidad femenina con maternidad; la división sexual del trabajo considerando al hombre como el “breadwinner” (proveedor del pan) saliendo él a la esfera pública a obtener recursos económicos mientras la mujer se ocupaba del servicio doméstico y los cuidados de toda la familia (y señalo toda porque las personas dependientes bien pueden ser descendientes, ascendientes y parte de la familia extensa); las relaciones de poder entre géneros (existe una jerarquía social de los hombres sobre las mujeres); ya que está tan en boca de todas y todos la educación, el sistema patriarcal se apoya también en la educación como buen mecanismo de socialización que a la par de la familia y otros sistemas, consolida la ideología patriarcal (qué deben estudiar las mujeres y qué los hombres, ¿es “natural/biológico” qué las mujeres elijan estudios y profesiones que tienen que ver con el cuidado de personas en mucha mayor medida que los hombres?; por último, el sistema patriarcal rechaza y ataca los movimientos feministas que trabajan por los derechos de las mujeres y cuestiona los sistemas políticos y sociales que los menoscaban.
Es por tanto, el máximo objetivo del feminismo terminar con el patriarcado cómo forma de organización política.
- Machismo: se basa en la idea de la desigualdad y discriminación de las mujeres por considerarlas inferiores a los hombres.
- Sexismo: si utilizamos la definición que hace Victoria Sau “es el conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del patriarcado para poder mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al sexo dominado: el femenino. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y las relaciones humanas”.
- Género: parte de la noción de que lo femenino y lo masculino no son hechos naturales o biológicos, sino construcciones sociales. Género no es sinónimo de sexo, este último se refiere a las diferencias biológicas entre los cuerpos de las mujeres y de los hombres. En cambio cuando nos referimos al género, lo hacemos para hablar de las normas y conductas asignadas a hombres y mujeres en función de su sexo.
- Acción positiva: partiendo de la igualdad y con ella como objetivo, se trata de “establecer medidas temporales que corrijan las situaciones desequilibradas como consecuencia de prácticas o sistemas sociales discrminatorios” Raquel Osborne, “Acción positiva”.
- Plan de igualdad: establece áreas de actuación, objetivos y acciones e indican quienes son los organismos del gobierno que han de ejecutarlos. Las medidas que proponen se enfocan a diferentes campos de acción: educación, empleo, medios de comunicación, participación política, políticas sociales, apoyo a organizaciones de mujeres, etc…
- Violencia de género vs violencia doméstica: mientras que la primera se refiere a la violencia que sufren las mujeres y que tiene sus raíces en la discriminación histórica y la ausencia de derechos que éstas has sufrido y continúan sufriendo en muchas partes del mundo, sustentándose sobre la construcción cultural del género; la segunda, pone el énfasis en el lugar donde se comete la violencia (el hogar), pero sin dejar claro quien la ejerce contra quien. No son por tanto, sinónimos y el uso de este segundo término no se hace de manera aleatoria, si no con la finalidad de rebajar la realidad de marcar a las mujeres como víctimas y situándolas así al mismo nivel que los agresores, negando así la existencia del patriarcado.
- Sororidad: oímos voces que dicen que este termino es un neologismo, y si bien la palabra en sí puede serlo, su significado es algo que ha existido a lo largo de la historia, solo que reciente- mente se le ha puesto un nombre. Así pues, hace referencia al hermanamiento y la alianza que se establece entre mujeres, que crean redes entres ellas y trabajan en busca de la igualdad.
Por último, y para acallar todas esas voces que reniegan y acusan al feminismo de ser un movimiento social que busca las desigualdades, cabe decirles que como corriente política o movimiento social (según los momentos de la historia) que han llevado a cabo y desarrollan las mujeres una vez tomada conciencia de la discriminación social que viven para con respecto de los hombres; ponen en marcha acciones, políticas y presentan una ética que busca la igualdad entre hombres y mujeres. De una manera más integral lo define Victoria Sau en “Dicccionario ideológico feminista”: “ el feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera”. En definitiva, su razón de ser es conseguir una sociedad donde las personas vivan cómo quieran vivir sin estar marcadas sus vidas por el sexo que les otorgaron al nacer. Cabe así mismo hablar de feminismos ya que la igualdad entre los géneros tiene diferentes ritmos y reivindicaciones según la cultura y el desarrollo social de cada comunidad. Así pues, es importante tener en cuenta las especificidades históricas y culturales de cada sociedad.
Ana Mateos Sanz
Bibliografía:
VARELA, Núria, Feminismo para principiantes, Penguin Random House, Barcelona, 2013.
Plan de Igualdad Villaba, Navarra.